Los baños públicos
Guardan perlas como ésta.

Mucho mejor que las pintadas obscenas, repetitivas y aburridas que las chicas tenemos que soportar haciendo pipí, con las piernas en tensión, la vegiga llena y comprimida por la posición y las ganas en esos váteres sin papel higiénico y en equilibrio sobre un charco de no se sabe qué.
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