Blogia
Zona Peatonal

Ponte en mi lugar

Conforme a la categorización habitual del comandante Horacio Dos, personaje de Eduardo Mendoza, la iniciativa de la Delegación de Servicios Sociales en el "Ferial" del 7º día del vecino montillano, podría ser: dos puntos por encima del descaro y uno por debajo del más absoluto cinismo. Que la misma institución que, por acción u omisión, ocupa, construye y levanta la mayor parte de obstáculos de la vía pública y que no sólo no protege sino que lesiona los derechos del peatón, no diréis que es algo más que desfachatez que se ponga a reclamar de los visitantes "comprensión" para aquellos que no pueden moverse con facilidad por utilizar algún tipo de aparato ortopédico para desplazarse.

Recorrido para las muletas Recorrido para las muletas

La idea, que en sí parece buena, era realizar un recorrido de unos metros en silla de ruedas, para cambiarla a continuación por unas muletas y atravesar, después, una zona de conos con los ojos tapados, acabando con unos cascos colocados y una monitora moviendo los labios frente al estupefacto crío de turno, que no entendía nada de lo que la expresiva chica trataba de explicarle.

Zona de conos para ciegos


La iniciativa tiene toda la pinta de ser la puesta en marcha apresurada de una magnífica idea de alguien de la concejalía, a tenor de la categoría del cartel que anunciaba el "evento" y la ejecución del asuntillo.

Cartel de la iniciativa ponte en mi lugar

La voluntad de los monitores no pudo evitar que el recorrido se convirtiera en una de las atracciones del recinto más que una iniciativa de educación social, donde la chiquillería acabó apostando unos con otros quién lo iba a hacer más deprisa o sin poner el pie en el suelo, como si una prueba de trial se tratase. "¿Otra vez la vas a hacer" -le preguntaba una monitora a una chiquilla- "Vale, pero ya no te vuelvo a dar otra una gorra". "Ah, pues entonces, ¿qué?" -le dice la nena.

Pero sobre todo, lo que más se notaba era lo irreal del asunto. No sé porqué no se hizo de manera coordinada con otras concejalías. De haberlo comentado con alguién de vías y obras, seguro que, en un momento, le hubieran apañado un escalón tamaño king size, unas escaleras absurdas, un par de postes de la luz bien centrados en la acera, unas vallas de obra sin señalizar, unas cuantas losetas sueltas con el agujero lleno de agua, una miniacera y cuatro o cinco coches aparcados en lo que podría haber simulado un paso de cebra. Todo ello, adornado por la concejalía de seguridad con un policia municipal haciéndose el sueco y silbando "Ayer tarde ví llover" sin desafinar ni nada. Eso hubiera sido más real...

Por cierto, quise hacer el recorrido con el carrito del nene, para que la gente comprendiera mi categoría de movilidad reducida, pero el camino de aros puesto para las muletas y el pasillo de conos para los ciegos era tan estrecho, que ni siquiera por allí pasábamos. Y es que la dura realidad supera siempre la ficción que la mente más imaginativa pueda crear.

0 comentarios