La Corredera

Yo me pregunto, ¿por qué esta fijación con ocupar las aceras?. Una obra que hacía verdadera falta en la ciudad, una apuesta medio decidida por darle sitio a los peatones frente a la diaria ocupación de coches y no se le ocurre nada mejor a la cabeza pensante de turno que poner tal cantidad de obstáculos en la acera que hay que ir esquivando mobiliario urbano para poder dar un paseo por la Corredera nueva. Bancos, macetas, macetones, cabinas de teléfono

Y por supuesto, que no falte ese ya entrañable adorno de nuestras calles, que aparece en las más céntricas y en los arrabales, en las oscuras y en las iluminadas, en las desconocidas y en las populares, flor de la campiña que aparece en primavera o en otoño, con lluvia o con sol, exorno admirable de nuestro casco urbano: ¡¡¡EL COCHE APARCADO EN LA ACERA!!!.